sábado, 20 de junio de 2009

the smokers

en otro tiempo eran la raza dominante en la tierra. se contaban por millones y su irresistible encanto y sofisticación les hacía ser reverenciados como deidades. ejercían una tiranía basada en el miedo del resto de habitantes del planeta para campar a sus anchas, haciendo y deshaciendo a su antojo. pero eran otros tiempos. en la actualidad, después de una revolución silenciosa que fue ganando adeptos de forma lenta y progresiva, los smokers han perdido su poder. se han convertido en parias, en refugiados que vagan mezclados entre el resto de los ciudadanos, buscando siempre a los de su raza para recordar tiempos mejores. viven de la caridad de aquellos a quienes oprimían no hace tanto, que, en un gesto de generosidad, les permiten ejercer su actividad en lugares y momento restringidos.

-señoras y señores, préstenme atención por favor. a continuación se efectuará parada de cinco minutos para smokers. por favor, todo aquel que lo desee podrá bajar al andén y situarse en la zona habilitada para fumadores. por favor, no enciendan el cigarro hasta haberse situado en dicha zona. les recordamos que deben vigilar sus pertenencias, y que amtrak no se hace responsable de los robos y extravíos que pudieran darse durante la parada. gracias por su atención.


en cuestión se segundos, el pasillo del vagón se llena de smokers. durante todo el tiempo han permanecido ocultos entre los demás, pero ahora es el momento de dejarse ver. con el tren todavía en marcha, se van acumulando mientras juguetean impacientes con sus cigarros apagados. el tren se detiene al fin, y los smokers van bajando en orden y situándose en perfecta armonía en un pequeño trozo de suelo marcado con líneas amarillas. sin embargo, entre ellos se oculta alguien que no pertenece a su raza. se trata de alguien que se ha incorporado a la fila de forma tranquila y con las manos vacías. avanza con ellos a lo largo del pasillo, pero al llegar a la línea amarilla que delimita el territorio smoker se detiene. no tiene la intención de cruzar esa frontera. permanece de pie a escasos centímetros de la raya y les mira mientras encienden sus cigarros. espera a que todos hayan llenado sus pulmones de humo para quitárse la máscara y dar a conocer su verdadera naturaleza. con un rictus desafiante, el extraño se tumba en el suelo con un gesto mecánico y comienza a hacer ejercicio. los smokers le miran con asombro. aunque todos han oído hablar de ellos, no es habitual ver a un abdominator.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿por que decidiste romper tu album justo antes de acabarlo? ¿acaso eres de los que te da panico alcanzar tu sueños y destruyes todo lo que has conseguido cuando vas llegando al final? ¿que pasara con este viaje?

Sergio dijo...

El tabaco perjudica seriamente la salud......
¿Como lo saben?

Juan Mancera dijo...

Que monstruo, esperando a que se pongan a fumar y el tio se pone a hacer abdominales. Hay más cabrones que ventanas.

Julia dijo...

Qué vivan los fumadores pero que no fumen cerca de mí.
Tengo más cosas que decir sobre este tema pero no me caben en un comentario. De todas formas da igual lo que yo diga, lo importante es lo que cuenta el Pedro.
Un beso.

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