sábado, 18 de julio de 2009

aterrizo en cairns

día 13 de julio del año 2009 de vuestro señor

el avión que hace la primera escala del viaje a tokio no me gusta. no me gusta que me haya tocado ventanilla y a mi izquierda tenga sentadas dos personas más. me estoy meando pero no quiero despertarles. desde luego, sin despertarles me resulta imposible salir, así que me aguanto. tampoco me gusta que hayamos salido con retraso, porque eso me quita tiempo para hacer el cambio de terminal. lo único que me gusta es que va lleno. la nave está compartida por tres vuelos diferentes, pero aún así confio en que haya bastante gente que se vea en mi misma situación. mientras más seamos, más presión podemos ejercer y más probabilidades de que nos espera el segundo avión si fuera necesario.

el día es realmente claro. en sidney estaba algo nublado, sobre todo cuando hemos llegado a la altura a la que haremos el vuelo, pero en unos minutos se ha aclarado y puede apreciarse el vasto territorio australiano. el sol pega fuerte, y puedo irme despidiendo del invierno. en un panel que había en la sala de espera para embarcar anuncian que en tokio están a 33 grados. mi paso por el hemisferio sur está a punto de concluir, y apenas he necesitado la ropa de invierno. tengo ganas de verano. anoche, en el rato que puede escaparme para dedicar a navegar por internet, traté de hacer un itinerario para mi estanciaa en japón. aún no tengo decidido cuántos dias me quedaré, así que por ahora me he limitado a reservar hostel en la capital. el aterrizaje está previsto para las 7 de la tarde. si tenemos en cuenta el papeleo de inmigración, la confusion inicial que estoy seguro que sufriré, el canje del japan rail pass y la hora que tarda el tren en llevarme del aeropuerto a la ciudad, se tiene que llegaré bastante tarde, así que mejor contar con un cuartel general.

los hostels el japón son caros, y el mío me ha costado 23 euros. tiene la ventaja de ser céntrico, estar cerca de una estación de tren (en la que me apearé cuando venga del aeropuerto) y sobre todo que incluye desayuno. de todas las búsquedas que hice por internet, ninguno lo incluía, y me parece un factor a tener en cuenta, sobre todo teniendo en cuenta lo caro que es tokio. como siempre en estos casos, mi intención es desayunar hasta decir basta y aguantar con el desayuno la mayor parte del día.

el comandante avisa de que va a iniciar la maniobra de aterrizaje, así que eso que veo por la ventanilla debe de ser cairns. no parece que se una ciudad muy grande, pero desde luego, desde aquí arriba, el entorno donde se encuentra ubicada es magnífico. una fina linea amarilla de playa marca en contorno de la cosa, separando el verde océano de la verde y montañosa tierra. puedo ver el puerto deportivo y la nube de barquitos blancos revoloteando alrededor. mientras admiro las vistas me despisto y no me acuerdo de ponerme los auriculares (no me acordaría hasta haber tomado tierra). parece que también estoy perdiendo el miedo a los aterrizajes. todo va según lo previsto, y en cuanto se detiene, aún antes de que las azafatas nos den permiso, ya me he levantado y tengo mis cosas en la mano. hemos aterrizado con media hora de retraso, con lo que sólo tengo una hora y media para recoger mi mochila, cambiar de terminal y volver a facturarla. pregunto a mis compañeros de asiento si de dirigen a tokyo, pero no hay suerte. lo haré sólo.

cuando abren las puertas salgo enseguida. corro por los pasillos que llevan a la sala de recogida de equipajes, adelantando a viejas, niños y gente sin prisa. mientras lo hago pienso que probablemente no sirva para nada, que los chicos que se encargan de recoger el equipaje se lo tomarán con calma, y que lo único que conseguiré llegando el primero a la cinta de recogidas es tener que esperar más, pero no puedo hacer otra cosa, es lo que me demanda el cuerpo. cuando llego a la sala, la cinta aún no ha comenzado a moverse, aunque lo hará inmediatamente. me voy directamente a la boca por donde van saliendo las maletas y me pongo a vigilar. me queda poco más de una hora para que salga el vuelo, y aunque estoy convencido de que no van a despegar sin mi, y que habrá mucha más gente en situación, sigo nervioso.


después de veinte minutos y de haber visto pasar una raqueta de tenis al menos 5 veces, concluyo que han perdido mi mochila. es como si estuviera predispuesto a que algo iba a ocurrir, como si tuviera un mal presentimiento. llegar a esa conclusión no hace que baje la guardia, por supuesto. la raqueta pasará aún dos veces más antes de que aparezca mi mochila. la agarro y me la cuelgo en un solo gesto y salgo por la puerta. pregunto por la terminal internacional al primer tipo que veo, mientras pienso que ya podría haber preguntado antes, mientras esperaba. las noticias son buenas: está a cinco minutos andando. me señala el camino, que está ocupado por una fila de pasajeros que avanzan pesadamente cargados de maletas. aun cuando ya podría relajarme, no lo hago hasta que llego al mostrado de facturación y me encuento una cola. falta media hora para que salga el vuelo, así que ya vamos con retraso. llega mi turno.


-me muestra su pasaporte, ¿por favor? -me dice la rubia.
-claro, aquí tiene.
-tiene su itinerario de vuelo.
-aquí tiene.
-necesito su reserva de vuelo de salida de japón.
-¿cómo dice?
-necesito un papel con los datos del vuelo de vuelta.
-no tengo vuelo de vuelta, sólo ida.
-en inmigración le van a pedir información sobre el vuelo que le saque del país.
-no saldré volando, tengo pensado salir en ferry.
-pues la reserva del ferry entonces.
-no tengo esa reserva, ni siquiera sé el día que saldré.
-espere aquí.

la rubia consulta con su guapísima y estiradísima jefa, que le responde de mala gana.

-lo siento señor, no puede embarcar sin ese documento. por favor, espéreme ahí -dice señalando un asiento de la sala de espera-. enseguida estoy con usted.

me voy a donde me dice sin decir nada. una parte de mi cerebro trata de asimilar la información mientras la otra ya está trabajando en la forma de solucionarla. estoy aturdido, y, una vez más, haber pasado una noche sin dormir no me ayuda. si lo que necesita es un papel con una reserva, podría conectarme a internet y buscar alguna de las empresas de ferry que hacen el recorrido entre japón y corea. recuerdo que en los foro decían que había muchas, así que al menos una debería operar online. esto es japón. le digo a la señorita que si me proporciona internet, tendrá su papel en 10 minutos (antes he comprobado que el aeropuerto, como todos los sitios públicos en australia -excepto el macdonals-, tienen wifi abierta pero de pago). la chica me responde que espere allí. está agobiada con el retraso que ya acumula el vuelo y lo último que quiere es a un tipo dando por culo. tendré que buscarme la vida. salgo corriendo escaleras arriba, con el ordenador encendido buscando el milagro de una wifi abierta y gratis. no lo encuentro, aunque doy por casualidad con una cafetería que tienen varios ordenadores para conectar a internet. sólo tengo 3 dólares, y la hora cuesta 10.

-¿cuánto tiempo puedo estar con 3 dólores?
.10 minutos.

tengo 10 minutos para conseguir ese papel, y cuento con una cafetera con un teclado destrozado y una conexión de mierda. aún así, encuentro una empresa que opera online y hago la reserva. elijo cualquier día como salida, introduzco los datos de mi tarjeta (ya veré luego cómo anulo el pago) y lo tengo. el explorer me muestra la confirmación de la reserva. me quedan 3 minutos para imprimirla, pero claro, no tiene impresora. tengo que copiar esa página al pendrive y quizás puedan imprimirla en el mostrador de facturación. queda un minuto cuando alguien me llama por detrás.

-disculpe señor. ¿son suyas las cosas que hay abajo?
-un segundo por favor -respondo sin mirar siquiera.
-no puede dejar sus cosas abajo, señor -me dice la misma voz, pero esta vez de agarra el hombro con fuerza

me doy la vuelta y compruebo que es la policía.

-sólo necesito unos segundos, necesito copiar una cosa, es importante.
-acompáñeme, por favor -me dice mientras me levanta literalmente del brazo

quedan 20 segundos, y mientras me alejo del ordenador puedo ver cómo windows reconce mi pendrive y como la pantalla se apaga cuando la cuenta llega a a cero.

3 comentarios:

Bachiller dijo...

Después de tantas vicisitudes este ha sido el mejor avión para perder. Además así has podido hasta descansar, que falta te hacia.

Julia dijo...

Que sí, que lo has dejado muy interesante. Venga. Arréglalo ya.
Un beso.

Sergio dijo...

ofuuuu que nervios hio....

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