viernes, 24 de julio de 2009

llegada a china

día 19 de julio del año 2009 de vuestro señor

en el nicho se duerme bien. bajo la apariencia de un blando colchón se escondía una tabla de madera levemene acolchaca, pero se duerme bien. el atracón de pastillas hizo efecto y caí redondo. me he despertado a las 4 y he estado una hora más dormitando. a las 5 me he levantado y me he llevado la sorpresa de no ser el único que andaba despierto a esas horas. doy un paseo por la cubierta para que el fresco aire de mar amarillo me termine de despertar. hace viento, y cuesta mantenerse en pie sin agarrarse a la baranda del barco. un par de chinos hacen ejercicios de estiramiento en una especie de inprovisado tai chi. el cielo está nublado, pero no parece que vaya a llover y me alegro. la lluvia lo complica todo, y para los próximos dos días lo último que necesito son complicaciones.



busco un sitio donde poder asearme, y descubro que el barco está provisto de una sauna al estilo oriental. consiste en una gran bañera alicatada, rodeada de varios grifos y duchas. dentro del agua y en los bordes de bañera hay repartidas pequeños taburetes. un par de chinos están sentados, frotándose la espalda mutuamente por turnos. la atmósfera está empapada en vapor, y huele bien, huele a jabón. me desnudo, agarro un taburete y me meto en la bañera. el agua está realmente caliente, pero puedo resistirlo. se está bien allí, metido en agua caliente, oliendo a jabón y admirando el mar a través de un gran ventanal. el ferry no es precisamente un crucero de luna de miel, pero no está mal. desde luego, está mucho mejor equipado de lo que pensaba. me quedo en el agua por lo menos media hora antes de decidir salir y darme una ducha. en ese tiempo han llegado un par de chinos más.

-big! -me dice un viejo chino señalándome la polla.

no puedo evitar una carcajada, a la que el chino responde con otra.

-no big. standard -respondo sin poder dejar de reir
-big! -insiste

el resto de viejos chinos se interesan por nuestro particular debate y se unen a mirarme la polla con interés. esto empieza a resultarme algo pesado.

-no big! european standard! you small! -contraataco señalándole su pequeña y arrugada polla.
-small! -grita dándome la razón-. big! -insiste señalando la mía.

todos reímos. es divertido, pero ya paso. quiero largarme a tomar mi ducha.

-nacho vidal big! me standard! you small! -concluyo.




son las siete y pico de la mañana, y el barco ya se encuentra bastante ambientado, los suficiente para volver a ser un gallinero. vuelvo a mi sitio en el comedor, junto al enchufe, y desayuno un café y unas galletas. definitivamente me he aficionado al café por las mañanas. nos quedan unas 3 horas para llegar a puerto, tiempo que dedico a escribir y hacer algunas fotos en cubierta. allí conozco a douglas y milla. él es de nueva zelanda, un tipo alto con el pelo largo y ciertos rasgos orientales. lleva una camiseta raida y unos pantalones cortos. ella es inglesa, de londres, rubia, delgada, atractiva. viste vaqueros y camiseta. lleva el pelo recogido con una cinta.

-¿a qué parte de china vais? -les pregunto, dando por hecho que no se quedarán en weihai.
-a shangai. ¿y tú?
-yo tenía shangai en mi agenda, pero no me va a dar tiempo a verla. me voy directo a pekín,
-¿también ibas a ver el eclipse?
-¿eclipse?
-sí, nosotros vamos a shangai a ver el eclipse completo que habrá el martes que viene. teníamos pesando quedarnos en japón, en las islas del sur, pero está todo completo, no hay ni una cama libre.
-¿vais a shangai exclusivamente a ver el eclipse? ¡que guay!
-bueno, no tendremos muchas más oportunidades de presenciar un eclipse completo de sol.
-genial. ¿cómo tenéis previsto llegar hasta shangai?
-en tren.
-genial, yo voy a pekín en tren. si os parece podemos ir juntos hasta la estación.
-claro.




el barco atraca al fin y salimos. el temido mostrador de inmigración nos espera. temido porque no tengo billete de salida de china, y presiento que va a pasarme lo mismo que con japón. camilla trata de tranquilizarme.

-¿tú tienes un visado no?
-sí
-pues entonces no tienes de qué preocuparte. si tienes un visado es que tienes permiso para entrar el país, no te lo pueden impedir.

entramos. pasamos el control sanitario. ya estamos en china. nos espera una sala atestada de gente esperando la llegada de sus familiares. apenas podemos pasar. me siento como un futbolista cuando vuelve con su equipo a su ciudad después de haber ganado la copa de europa. la gente nos mira con descaro, no escruta sin pestañear, y apenas se mueven para dejarte pasar. tienes que ayudarte con las manos para ir apartando a la muchedumbre. es demencial, parecen zombies esperando carne fresca. salimos a la calle y la cosa sigue igual. hay tanta gente esperando que no caben en la sala, así que están fuera, mirándonos igualmente. la sensación de ser observado seguirá conmigo muchos más días. cuando logramos desembarazarnos de tanta gente y encontramos un hueco, nos paramos a pensar un plan de acción. ninguno de los tres tienen nada; ni un mapa ni una ligera idea de dónde está la estación de tren. en weihai el inglés ha desaparecido por completo. sólo hay que fijarse en los letreros de los negocios para darse cuenta de que allí sólo se habla chino. no hay rastro de ninguna oficina de información turística, ni da que pudiera sernos de ayuda.

al final entramos en un local que parece una agencia de viajes o algo así. es difícil de saber porque el cartel está en chino, pero hay posters que parecen ser promociones lugares exóticos. en la oficina sólo hay dos chicas, y ninguna de las dos habla inglés. douglas tiene alguna idea de chino, o al menos es capaz de leer y escribir algunos símbolos, así que consigue hacer saber a una de las chicas que buscamos la estación de tren. mientras tanto, mediante gestos le he pedido permiso para usar su ordenador y me he conectado a internet. poco puedo hacer, puesto que el teclado está configurado en chino, y cada vez que pulso cualquier tecla me aparece un símbolo extraño.

la chica nos dije que la mejor manera de ir es mediante taxi, pero ahora tenemos otro problema: ninguno de los tres lleva encima ni un yuan. necesitamos cambiar o sacar dinero de un cajero. nos cuesta otro rato, pero douglas logra acordarse del símbolo que define un banco. la chica lo entiende, pero no es capaz de explicarnos cómo llegar a uno. habla un momento con la otra chica, que parece ser su jefa, y nos dice que la sigamos, que nos lleva a un banco que hay cercano.



en el banco conseguimos pasta (después de que la muchacha que me tocó tardara una hora en cambiarme cuatro perras coreanas que llevaba) y coseguimos un taxi. la chica -le pregunté su nombre pero su respuesta me sonó a chino- se encarga de hablar con el taxista para explicarque que debe llevarnos a la estación de tren. le damos las gracias, y me jode no llevar un chupachups en el bolsillo. siempre llevo uno, y me hubiese gustado llevarlo en ese momento para habérselo regalado en señal de agradecimiento. me avergüenza no saber siquiera decir gracias en chino. el taxista tarde 20 minutos en llegar a la estación. es la primera vez que hago el recorrido, por supuesto, pero viéndole conducir deduzco que en condiciones normales debería haber tardado el doble. un auténtico flipado, que no conocía el significado de un paso de peatones y para el que un semáforo en rojo quería decir "acelerar". el precio lo acordamos antes de salir; son 20 yuans.

vamos directos a las taquillas. tanto ellos como yo queremos salir cuanto antes para llegar cuanto antes. milla y doug encuentran una combinación a partir de las 13.30h, y yo a partir de las 14.30h. sin embargo, yo no puedo sacar el billete porque no me dejan pagar con tarjeta de crédito.


-only cash -me dice la china.

creo que son las únicas palabras que sabe decir en inglés. doy algunas vueltas por la estación buscando un cajero, hasta que encuentro uno fuera. está rodeado de chinos con pinta chunguisima, pero paso. si he sobrevivido a centroamérica, estos niñatos no van a asustarme ahora. saco la pasta y vuelvo a la taquilla. por el camino, mi cerebro empieza a procesar toda la información que ha recogido mientras daba las vueltas buscando el cajero. sólo he visto autobuses, decenas de viejos de decrépitos autobuses de asientos de madera. pregunto a los chicos.

-¿vuestra intención es ir a shangai en tren o en autobús?
-en tren.
-el billete que habéis sacado es de tren o de autobús.
-de tren.
-¿estáis seguros?
-no
-es que creo que esto es una estación de autobuses.
-no jodas
-creo que sí, no veo más que autobuses.

hacemos algunas averiguaciones y descubrimos que estamos en la estación de autobuses.



la estación de tren está unos 500 calle arriba. me siento con suerte por haberme visto obligado a ir al cajero. eso me ha ahorrado sacar el billete de autobús. de nuevo, un hecho que en principio parece malo, deriva en uno bueno. no saben qué hacer, porque están seguros de que no les van a devolver el dinero. ponte tú a discutir con unos chinos en chino, es una locura. deciden viajar en autobús, aunque la decisión se le puede atribuir al taxista, que nos llevó a la estación de autobuses. yo me acerco a la estación de tren para sacar mi billete. allí me dicen que sólo salen dos trenes al día: a las 9 de la mañana y a las 9 de la noche. el viaje dura 18 horas, así que me dejará en la estación a las 3 de la mañana, una hora perfectamente inaceptable. todo esto lo sé gracias a un chino que me hace de traductor, porque la chica de la taquilla no se entera de nada. una cosa es no saber el idioma, y otra es no saber lo que te están preguntando cuando te enseñan un dibujo de un tren y un reloj al lado. si trabajas vendiendo billetes de tren, deberías saber deducir lo que significa un tren junto al cual hay un reloj.

al final me lo pienso mejor y me decido por el autobús. no sé a qué hora llega pero sí sé que salen autobuses a pekín cada hora). tarda doce horas en llegar, así que hago mis cuentas y me decanto por el de las 6. con los billetes en la mano, vamos a almorzar. entramos en un supermercado, y pedimos algo en un restaurante que hay dentro. descubrimos lo bajos que son los precios en china, y la enorme deferencia con otro países. por 1 euro he almorzado un plato de pasa carne, pan de gambas, dos boles de arroz y una especie de torta rellena de carne con verdura. el botellín de agua me cuesta 15 céntimos. acabamos llenos, hartos de comer.

-ahora lo que pega es una siesta -digo.
-¡oh, siesta! -responde milla-. me gusta la siesta.

milla trabajó durante un año en un bar de sevilla, así que no sólo habla español, sino que sabe disfrutar de una buena siesta. tenemos tiempo de sobra, así que vamos a dar un paseo. doug propone buscar el océano para echar un vistazo, y el resto estamos de acuerdo. por una vez me viene bien dejarme llevar, no tener que tomar las decisiones que, por triviales que sean, acaban cansando. empezamos a vagabundear entre las enormes calles de la ciudad, que no nos llevan a ningún sitio.




al final damos con lo que parece una casa de masajes. entramos a preguntar y nos sorpredemos de los bajos precios. un masaje de pies de 60 minutos de duración nos sale por 3 euros. después de las palizas de japón, corea y lo que llevamos de china, un masaje en los pies tiene que venir de escándalo. estamos de acuerdo en que la hora que nos queda no puede estar mejor empleada que recibiendo un masaje en los pies. entramos. ellos dos van a una habitación y yo a otra. es una pequeña habitación, bien iluminada y fresca gracias al ventilador que cuelga en la cabecera de las camas y a la corriente de aire que entra por la ventana. por todas las paredes y el techo hay manchas de sangre consecuencia de haber matado un mosquito demasiado tarde. a juzgar por el tamaño, los mosquitos tienen que ser xxl. nunca en mi vida he recibido un masaje profesional, así que no sé muy bien qué hacer. me siento como un cura en un puticlub. la chica me pide con gestos que me quite los pantalones, y yo que pensaba que era un masaje en los pies. sale de la habitación y vuelve con unos pantalones de pijama cortos, a la altura de la rodilla. me los pongo y me tumbo en la cama siguiendo sus indicaciones. empieza por lavarme los pies con delicadeza frontando con la energía justa para que no sienta cosquillas. no consigo relajarme, y la chica se enfada conmigo.

-relaja las piertas -me dice con el gesto de su cara.
-vale, vale, ya lo intento, no te enfades.

comienza el masaje y me siento con una gato al que rascan la barriga. roza con sus movimientos mi umbral del dolor, peo no lo supera en ningún momeno. es agradable sentir cómo te estiran uno a uno los dedos de los pies. va pasando el tiempo y consigo relajarme hasta tal punto que me quedo dormido. son sólo unos minutos, como comprobé al despertarme. durante el sueño ha ocurrido algo, y tengo una enorme erección tengo la polla tan dura que creo que soportaría el peso de la china que tengo delante sin perder un sólo grado de inclinación. no ha sido algo consciente, ha sido consecuencia de haber perdido el control momentáneamente cuando me he dormido.

-big! -pienso de forma absurda aún medio dormido.

trato de disimularlo cruzando las manos sobre el pijama, aunque me imagino que mientras dormía ya habré dado el cante suficientemente. por fortuna pasa rápido.



después del masaje, que me ha dejado completamente relajado, la ginda la ponen ofreciéndome un plato de sandía fresca. cuando salimos, estamos todos encantados.

-camilla, después de todo hemos encontrado algo mejor que la siesta ¿no?
-¡guau! y por menos de tres libras.
-por ese precio en londres no te ponen ni la sandía -apunta doug.

comentamos los detalles del masaje mientras volvemos a la estación. el autobús de ellos sale en poco tiempo. a mi me quedarán un par de horas en la sala de espera, que está dividida en dos: para viajes de larga distancia y para viajes de corta distancia.

-milla, aquí en china, un viaje de 1000 km ¿se supone que es corta distancia o larga distancia? -pregunto de coña.
-media, imagino -responde milla.

nos intercambiamos nombres y apellidos con la promesa de buscarnos en facebook y nos despedimos hasta otra.




en el tiempo que tengo antes de irme doy una vuelta cambiando el camino que hemos hecho anteriormente. encuentro un mercadillo y decido emplear todo el tiempo en pasear, aunque no tengo la intención de comprar nada. había allí especias, yerbas aromáticas, carnes y pescado frescos, carne seca, pescado seco, mariscos, verduras y fruta. había allí fruta seca, cien tipos de arroz, gelatinas e infusiones, harinas, setas y legumbres, pastas, dulces, golositas, aceites, vinagres. había allí pasas y huevos, tofus y conservas, bebidas, embutidos, mueslies, galletas, chocolates y bombones, cereales, mieles, mermeladas, libros, maletas, pilas, zapatos, camisetas y paraguas, jabones, cremas, mosquiteras grandes y pequeñas, flotadores de bonitos colores, sartenes y woks, juguetes, ventiladores, paraguas y patines, fregonas y cubos, cepillos de dientes y del pelo. también había allí parches, esponjas, peluches, cuchillos y tablas para cortar. había tazas, platos, jamones y frutos secos.




vuelvo a la estación y tras unos minutos en la sala de espera, empezamos a subir. viendo los autobuses que hay por allí, tendré suerte si me toca un asiento que no sea de madera. la flota de autobuses chinos parece sacada de un desguace de los 80. los autobuses de sudamérica sí que eran buenos. conforme me acerco puedo comprobar que el autobús no tiene asientos, sólo tiene camas. tres filas de literas de dos pisos que dejan un estrecho pasillo entre ellas. una vez más, mi arrogancia occidental me ha dejado con el culo al aire. mientras estoy en la fila veo como la chica que hará de azafata del viaje, reparte unas bolsas. en principio supongo que serán para el mareo, así que me espero un viaje movido. teniendo en cuenta que reparte dos bolsas a cada pasajero, espero un viaje muy movido. cuando estoy lo suficientemente cerca, veo que las bolsas no son para el mareo, sino para cubrir los zapatos. nadie puede subir al autobús si no se ha puesto previamente las bolsas en los zapatos. los autobuses en china tienen más medidas higiénicas que algunos quirófanos españa.



la cama es pequeña pero cómoda. tenía pensado pasar unas horas escribiendo, pero no puedo incorporarme para hacerlo. a los pies de mi cama, elevada un metro por encima del colchón, está la pantalla de televisión donde proyectan la pelicula. si me incorporo, no podrán ver más que mi desbordada cabeza, así que permanezco discretamente tumbado. ponen la rareza de "starship troopers", con el gran michael ironside haciendo de manco. me coloco los auriculares, elijo mozart y dejo que el cansancio y las pastillas vengan en mi rescate. ahí están.

14 comentarios:

Cayetano dijo...

Y ésta es la última pendiente, ahora sólo falta esperar a que encuentre conexión a Internet :)

Juan Mancera dijo...

Gracias Cayetano por tu aportación, nos has dado nuestra ración de historias.

Juan Mancera dijo...

PEdro, por un momento pensé que la bañera esa era lo más parecido a un cuarto oscuro, jejejeje.

Big, big, jajajaja. Tenías que sentirte en ese momento el semental del barco.

Empalmao, mi amigo Pedro empalmao y encima contándolo a la audiencia, creo que el viaje te está haciendo perder la compostura. Ahora te falta contar si has mojado, ya sabes, un poco de crónica guarrilla.

Nos vemos

Bachiller dijo...

Gracias Caye!!!

Pedro alias "big", ahora no disimules.

Javier Ortiz dijo...

Y ahora toca que nosotros nos creamos el tópico...

big big...

Si eso fuera cierto.... si ven a nacho vidal, paran el ferry, o se tiran por la borda, o salen corriendo...

Lástima que en este viaje, no pases por Africa... allí te dirían "Small! Small!"

Unknown dijo...

aparte de lo de big :-) ...lo de los chinos frotandose la espalda...es cuanto menos inquietante...jeje

manumontero.com dijo...

Pedro, me parece que mientras dormías la china te hizo una macoca y ni te coscaste. Aquí en Málaga, en calle Almansa: masaje + macoca = 30 euros, la china es bajita y fea pero es lo que hay (me lo ha contado un amigo ¬¬).

Javier Ortiz dijo...

¿Por donde queda la calle almansa???

(Es para una amigo ¬¬).

Sergio dijo...

Lo bueno es que si pasa por Africa......

Ese pollon.....

CUIDATE, sobre todo el culo, que veo que en Corea te salvastes por los pelos y ahora en China tambien, al menos eso espero.

Julia dijo...

Creo que ya está todo comentado.
Ya decía yo que tú no te habías enterado de lo del eclipse. A ver si lo viste y nos lo cuentas.
Conéctate pronto.
(Gracias Cayetano)

Ale Santamaría dijo...

La china no se dá un aire a la de Anatomía de Grey??

Lo de los masajes es una pasada. En tailandia me dieron uno de dos horas, de cuerpo entero. Sales nuevo!! No, mejor que nuevo!!

Muy bueno, el dibujito del autobus y el tren, jajaja!!! volverás siendo un ganador en el pictionary!!! jajaja!!!

Cayetano dijo...

Sincronizando relojes:

el "Caro Pedro" ya está en Moscú, y tiene conexión a internet, así que a partir de ahora tendremos nuestra ración diaria :)

Valen dijo...

Hooooolaaaa...Gracias Cayetano..tenemos ganas de un nuevo cuento...a ver en cuanto tiempo llega...un beso a todos...Pedro, ¿comiste al final al Mcdonald de la plaza roja?

Sergio dijo...

Un beso pa ti tambien.

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