viernes, 31 de julio de 2009

tercer día en el transiberiano

día 24 de julio del año 2009 de vuestro señor

me despierto al notar como el tren se detiene. tras unos segundo de aturdimiento, me visto y salgo al pasillo. está desierto. es extraño porque por estas latitudes amanece a las 5 de la mañana, así que a las 8 ya está todo el mundo en marcha. doy un paseo por otros vagones y no consigo encontrar a nadie, a excepción de los encargados de los vagones, vestidos con sus camisas azules y sus gorras oscuras.




al llegar al vagón de primera me encuentro de los dos americanos. les conocí el primer día en el vagón restaurante, pero apenas hablamos, no fue más que una presentación más o menos formal.

-¿qué pasa?
-¿qué tal?
-¿dónde se ha metido la gente? -les pregunto.
-eso mismo estábamos diciendo nosotros. el vagón restaurante está cerrado, y por aquí no se ve a nadie.
-por los vagones de allí atrás no hay nadie, desde luego. creo que estamos solos.

charlamos un rato y vuelvo a mi compartimento para desayunar algo. desde que decidí organizar mis horarios de comida y aumentar las tomas de carbohidratos, trato de ser muy estricto. ya no me quedan cereales, así que tendré que arreglármelas con un paquete de galletas que me dejaron paul y helen antes de irse. acompaño con algo de fruta y yogur.

cuando termino de comer salgo a buscar al encargado de mi vagón, sacarino. es un buen tipo, y aunque sólo nos comunicamos por señas (ni siquiera sé si es chino, mongol o ruso; tiene una cara que podría ser cualquiera de las tres cosas) nos llevamos bien. creo que le caigo simpático porque tengo en el compartimento una bolsa donde voy echando la basura. el resto de pasajeros de tren no se molesta en esas tonterías y tira las cosas al suelo. sacarino se encarga de mantener limpio el vagón número 6, así que todas las tardes pasa con su bolsa de basura recogiendo la mierda de los pasajeros. cuando llega a mi compartimento, me sonríe dándome las gracias por tener el sitio limpio, vacía mi bolsa y vuelve a dejarla donde estaba. después que ha terminado de recoger la basura, pasa una vieja aspiradora asmática con tan poca potencia que tiene problemas para recoger los insectos muertos de la alfombra del pasillo.

le pregunto dónde está el resto de la gente, y me dice que no hay nadie más, al menos en nuestro vagón. sólo estamos él y yo. le pregunto por dónde vamos, y me dice que estamos cerca de irkutsk. me asomo a la ventana, y el paisaje confirma lo que me ha dicho sacarino. frente a mi se muestra el magnífico lago baikal, a orillas del cual se encuentra irkutsk. hace un día claro y soleado, aunque no hace calor. aún así, para la gente de este lugar es suficiente para acercarse a la playa del lago.




me quedo un rato más admirando el paisaje, pero pronto me canso y vuelvo a mi sitio a escribir un rato. tras eso, sin saber muy bien qué hacer (no puedo permitirme ponerme a ver películas en el ordenador como me gustaría, porque la electricidad es un bien escaso aquí), me tumbo a escuchar música. no tardo ni dos canciones en quedarme dormido, para despertar horas más tarde por el olor a comida que me llega de la pequeña cocina de sacarino. deben de ser las 12, hora a la que suelen almorzar aquí. busco en mi arcón y decido comerme un noodle, uno de esos platos de fideos chinos precocinados, y unas naranjas. tras eso, me vuelvo a tumbar hasta dormirme de nuevo.



pasaré el resto del día durmiendo, levantándome sólo de vez en cuando para ir al baño y comerme alguna manzana. al fin logro pasar un día sin hacer absolutamente nada. llevaba semanas buscando un día de estos antes del viaje, pero, por unas cosas y por otras, no logré encontrar el momento. ahora al fin lo he logrado. duermo y duermo sin sentirme culplable por ello, sin tener la sensación de estar desperdiciando el tiempo. al contrario, me siento como si estuviera cargándome poco a poco, conectado a uno de los enchufes de 48V que ha repartidos por los pasillos del tren, mientras escucho música y pienso en cosas que acaso debiera enterrar.

do i love you? yes i do.

6 comentarios:

Julia dijo...

El desierto del Gobi, el lago Baikal, chiquillo te vas a ver todo el mapa mundi.
Enhorabuena.
Seguimos para el oeste.

Bachiller dijo...

AL principio parecía un tren tomado por los langoliers, y sólo quedabas tú por allí al haberte quedado dormido.

Valenxxx dijo...

jajajajja..en italiano son "I Langolieri"...fenomal cuento....saludos a todos

Biyorl dijo...

Acaso sí.

Sergio dijo...

Doy fe que a este tipo no le dejamos dormir las semanas previas a su viaje.

Juan Mancera dijo...

El desierto de Gobi, que grandes Mortadelo y Filemón.

Afeitate que mi hija María dice que pareces un vagabundo

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