sábado, 15 de agosto de 2009

atenas

día 11 de agosto del año 2009 de vuestro señor

el vuelo es insípido, incoloro y prácticamente transparente. del aeropuerto tomo un autobús que me deja en el centro, junto a una estación de metro. es entrando al metro cuando la gran diferencia entre europa y francia. el metro de atenas es tan pulcro que me parece mentira estar allí. un metro a la española, donde la gente cede el paso, pide perdón y da las gracias. hace unas horas estaba dando codazos para intener sobrevivir en la locura de el cairo, y ahora estoy aquí, escuchando a mozar en el hilo musica.

he encontrado muchas más diferencias entre egipto, como que los coches circulan sin tener la necesidad de pitar todo el tiempo, o que la gente use los pasos de peatones. pero hay algo distinto, muy distinto, que no sé lo que es, pero que está ahí. es como cuando ves a alguien cambido, y no sabes si ha sido porque se ha cortado el pelo, porque lleva lentillas en vez de gafas o porque se ha maquillado. tendrá que pasar medio día hasta que por fin descubra esa diferencia desconocida que me estaba dando vueltas en la cabeza: en atenas hay escotes.


llego al hostel (que encuentro sin problema) a las 9 de la mañana. no puedo inscribirme porque tengo que esperar a las 11, que dejan libre mi cama. mientras tanto, me siento en la cocina a buscar informacion sobre los siguientes pasos. después de grecia, toca italia. para regar a roma tengo que tomar un ferry que va desde patras a bari. necesito saber cómo llegar de atenas a patras (de bari a roma ya lo tengo). mi primera idea, por supuesto, es buscar en la página de la bahn. allí me dicen que no hay trenes entre estas dos ciudades. empezamos mal.

paso la mañana buscando la forma de llegar a la puta patras, pero no hay forma. empiezo a preguntarme si voy a tener que buscarme la vida para llegar a patras en autobús o vete tú a saber.

-algo estoy haciendo mal. patras es la tercera ciudad más importante de grecia, así que tiene que estar comunicada con atenas de todas todas. le pregunto al recepcionista del hostel, y me remite a una página en griego. de ahí descargo una hoja excel que trato de descifran sin éxito. paso un buen rato, pero me quiero largar ya a ver la acrópolis.

-oye, ¿la estación de tren está muy lejos?
-está ahi al lado. sólo tienes que seguir por esta calle 50 metros. son dos minutos.

ya lo podía haberlo dicho antes, pero vamos. me acerco allí y le pregunto a la chica de la ventanilla. es un gran ejemplo de belleza griega, de grandes ojos marrón claro y nariz deliciosamente grande. lleva el pelo netro y liso, y la camisa tiene desabrochado un botón más que el resto de chicas.

-hola. necesito ir a matras. tengo un billete de interrail, ¿tengo que hacer reserva?
-¿a que hora quieres ir?
-necesito estar allí a eso de las 16_00h.
-hay que tomar dos trenes. el proastiakos hasta kiato y desde allí tomar un intercity a kiato. tengo uno que sale a las 11.00h de aquí y llega a patras a las 14_30h más o menos. ¿te vale?
-sí, genial.
-te hago la reserva.
-por favor.
-aquí tienes.

cinco minutos han bastado para encontrar la información y para hacer la reserva. mucho mejor que la locura de internet. in encima, lo ha hecho una griega con los ojos más marrones que haya visto jamás. ojalá hubiera tardado más tiempo. una hora. o dos.


ya lo tengo todo controlado, así que puedo largarme a patearme la acrópolis. cometo el error de no comer nada y beber mucho. al cabo de unas horas de subir cuestas empinadísimas y admirar las viejísimas ruinas griegas, mi cuerpo dice "basta". sufro esa pájara que estaba temiendo desde hace tiempo. sabía que iba a terminar ocurriendo, pero aún así me ha pillado por sorpresa. sol, humedad, falta de comida sólida y exceso de líquidos han sido la combinación perfecta para terminar con mis huesos en el suelo, cara blanca, sudor helado. no es la primera vez que me ocurre algo así, por lo tanto sé que no hay que ponerse nervioso. lo mejor es esperar, sencillamente esperar. dentro de unos minutos podré moverme los sufiente como para ser capaz de ponerme en pie y caminar. tengo que lograr bajar a la plaza a comprar fruta en los puestos del mercadillo; el azúcar me ayudará.


necesito casi dos horas para llegar abajo y comprar un kilo de uvas y otro kilo de melocotones. tomo las uvas de tres en tres, como lazarillo de tormes, sin siquiera enjuagarlas (no estoy para remilgos). me siento un rato más para terminar de recuperarme y voy mejorando. a pesar de todo, tomo nota. vuelvo a las ruinas y termino de verlas. he enseñaddo mi carné de estudiante para buscar un descuento y me encontrado con la sorpresa que la entrada es gratis para estudiantes de la unión europea. el caso es quep puedo volver a recinto si quiero, y eso es lo que voy a hacer.


termino lo que pensado, pero nada más. no voy al mercado ni a ningún otro sitio. es cierto que ya no estoy tirando en el suelo, pereo no tengo apenas energía, y el trayecto al hostel es largo. cuando llego a la recepción, pregunto al tipo por un supermercado y me acero a comprar algo de pasta, atún, tomate,corn flakes y lecho. preparo la pasta que como con poca ganar, y tazón de cereales con leche. estoy mejor pero el cuerpo me pide una buena siesta. son casi las 8 de la noche cuando subo a la habitación a descansar un ratito. mi idea es darme un paseo por la ciudad más tarde.

en la habitación está joel, un colombiano al quien conocí esta mañana, así que, después de ducharme, nos ponemos a charlar. a medida que avanza la tarde, van llegando el resto de mochileros que duermen en nuestro mismo dormitorio: rico, un ruso de san petersburgo y una pareja de finlandeses (de cuyos nombres no puedo acordarme). la tertulia se alarga hasta tarde. ninguno sale, asi que poco a poco se van quedando dormidos. cuando todos se han apagado, decido dar el paseo después de todo. es más de media noche, y doy uno de esos paseos que solía dar en centro américa, sin nada en los bolsilloss, sin cámara de fotos, sin dinero. sólos la noche ateniense y yo.

6 comentarios:

Juan Mancera dijo...

Escotes, jejejeje, dos tetas tiran más que dos carretas.

"-oye, ¿la estación de tren está muy lejos?
-está ahi al lado. sólo tienes que seguir por esta calle 50 metros. son dos minutos.

ya lo podía haberlo dicho antes, pero vamos"

Pedro, joder, también podías haber preguntado antes.

Un abrazo canijo, que ya mismo estas entre nosotros.(aunque nunca te has ido)

Julia dijo...

Como ya te conté lo del burro, no te lo repito.
:)
Nunca he estado en Grecia, y me parece que está bastante lejos, pero cuando me dijiste que estabas ya allí me pareció que ya estabas cerca.
Debes andar ya por Francia, así que WELLCOME HOME.

Anónimo dijo...

(TROLL TROLL TROLL)
Saludos desde Arequipa!!!
A ver di tengo un poder y ya si eso...


Dr. Fred

Julia dijo...

Ea. To quisqui de viaje.
Lo que es disfrutar del veranito.
A ver si os pasáis por aquí y me hacéis la compra o me dejáis alguna comida congelada pa otro día.
Venga, estáis invitados.

Andrés dijo...

He echado en falta que Julia te riñera de forma sutil por no comer y la consecuente pájara... :) Ya que no ho lo ha hecho lo hago yo, cuídate hombre ya para lo que te queda... digo yo no?

Sergio dijo...

Comete algo hio.....
Cuidadin con esas pajaras....que ya la conocemos.

CUIDATE

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