día 5 de agosto del año 2009 de vuestro señor
en el hotel me dicen que un taxi a la estación debe cobrarme unas 200 libras. siempre pregunto estas cosas para tener una referencia de regateo. me pregunta si quiere que me consiga uno, pero me advierte que me costará más caro.
-pijadas.
salgo a la calle y empieza a preguntar a los taxistas que hay en los alrededores del hotel. me piden de 400 a 500, así que me lanzo a las calles. no para ni cristo. de cada 10 coches, 7 son taxis, pero no para ni cristo, da igual que vayan llenos o vacíos. ni cristo. delante de mi hay un tipo que también busca taxi, así que me acerco y le pregunto. nunca se sabe, y quizás vaya a la estación.
-yo voy a la estación de somaree, ¿y usted?
-yo a nosedónde.
-hum!
-estos malditos cabrones no paran ni a la de tres, y los que paran se permiten decirte que no. son como autobuses, son peores que autobuses. maldita ciudad.
mientras se queja, ha parado un viejo a soltar a un pasajero que llega al hotel. el tipo habla con el viejo, pero este pasa de llevarlo. dice que no con la cabeza. el tipo insiste, aunque ahora distingo claramente la palabra "somaree". el viejo asiente.
-todo tuyo el taxi, te llevará a somariee.
-¡muchas gracias! shukran.
meto las mochilas en el maletero y le pregunto al viejo cuándo va a cobrarme.
-150 libras.
-de puta madre.
paso de regatear, ya está por debajo de mi referencia.
la estación de autobuses está lejos, y tardamos un buen rato en llegar. voy acumulando cierto retraso, pero en general voy bien, tengo tiempo.
-vas a jordania.
-sí, a ammán.
-ahá. en autobús o en taxi.
-en taxi compartido.
-sí, es la mejor opción. la más barata. el autobús tarda demasiado.
-¿cuánto puede costarme un taxi colectivo?
-no lo sé, hace tiempo que no sé cuándo llevan, pero quizás 500 libras. no estoy seguro.
me apunto el 500 mentalmente y lo uso para conseguir una plaza por 600. no he andado muy fino, pero al menos he bajado de los 800 que me pedía al principio. el sistema es exactamente igual que el sudamericano. en la estación hay un montó de taxistas que pelean por conseguir juntar a cuatro personas. cuando las tienen, hacen el trayecto. mientras antes se consigan, más trayectos de hacen, pero la competencia es dura. yo elijo (o acaso sea él quien me elija a mí, qué carajo importará) a un tipo bajo, calvo, bigote y gafas apoyadas en la frente. soy el segundo. me pide el pasaporte pero paso de dárselo. insiste. lo quiere para asegurarse que no me cambie de taxi y le joda su colecta. me parece justo y se lo doy. quiero empezar a fiarme un poco más de la gente.
-este tipo es un currante, coño. se harta a hacer kilómetros. también tendrá su orgullo y estará hasta los cojones de que los blancos le prejuzguen y le consideren un ladrón o qué se yo. dale el pasaporte anda, y relájate coño. tómate un cafelillo turco. date una vuelta entre toda esta gente que espera o busca clientes. ¡qué estás en damasco! te cagas.
en veinte minutos ya estamos todos. ando algo torpe, muy torpe, y, a pesar de ser el segundo recluta, me quedo con el peor sitio, el único sin ventanilla.
-novato.
bueno, tampoco es para tanto. sólo son un par de horas de viaje, qué más da. además, el coche tiene aire acondicionado. mis compañeros son dos jordanos, uno que no abre la boca y otro que no la cierra, y un sirio, de aspecto borde, de maneras bordes. emprendemos el viaje, a los diez minutos hacemos una parada en un restaurante. el resto de pasajeros aprovecha para pagarle, y yo hago lo propio. el tipo que no cierra la boca me invita a un botellín de agua, es simpático. el borde ni me mira, creo que no le caigo bien.
en cruce de la frontera de siria no tiene mayor historia que pagar 300 libras (no quiero ni echar las cuentas de lo que me ha costado entrar y salir del país, entre pitos y flautas). en la entrada a jordania tengo problemas porque carezco de visado y tengo que pagarlo. la pega está en que sólo me dejan pagar en dinares jordanos, y no tengo ni uno sólo. por suerte, el tipo borde puede echarme una mano. él sí tiene, así que me saca del apura cambiándome algunas libras sirias. le doy la gracias, pero ni siquiera se inmuta. cuando volvermos al coche, habla con el conductor, que le da una moneda que a su vez me da a mi. está ajustando la cuenta del cambio que hemos hecho antes, y me está dando medio dinar (medio euro). no lo acepto, claro, y le digo que se lo quede, pero no hay tutía. por cojones tengo que aceptar la moneda. no la quiere. igual que el frutero, igual que faluya. a cada uno lo suyo.
mientras yo me peleaba con el visado, el conductor ha estado trapicheando en la tienda libre de impuestos. ha comprado un montón de cartones de tabaco, y anda camuflándolos como puede entre los equipajes de los compañeros (con su consentimiento, claro). aún así le sobran algunos. uno de ellos lo abre y va colocando paquetes sueltos por todo el coche: en la guantera un par de ellos, debajo de las viseras, en la caja de los cedés, en las puertas, en la bandeja de atrás. aún así, le sobran dos, y discute con los demás. parece que se ha colado comprando. como esta ya me la conozco, me ofrezco para que metan un cartón en mi mochila. no sé bien las leyes de jordania y siria respecto a estas cosas, pero como mínimo deben de permitir un cartón, si no no tendría sentido que lo vendieran (en definitiva, ni siquiera revisaron mi mochila). el trapicheo nos roba una hora. anochece, y jordania en jordania todo es color desierto, no hay nada que altere el beige.
cuando cruzamos la frontera de jordania (creo que preparar los visados con antelación es más complicado que hacerlo en la propia frontera) ya sólo nos faltan 50 kilómetros, pero aún hacemos otra parada. es el primer barrio que nos encontramos al salir, uno de esos barrios de calles sin aceras, de tierra, polvo y meadas. paramos en un taller donde el conductor descarga toda la mercancía, incluyendo el cartón de mi mochila que yo mismo me encargo de sacar y echar al saco. allí estoy yo, entre trapicheos de moros y tabaco en jordania. te cagas.
el tipo borde se queda en el barrio. poco a poco van bajándose todos hasta que me quedo solo con el conductor. le comento que si me puede dejar en el centro, que mi hostel está en la parte antigua.
-¿te importa dejarme en el centro? ya me busco yo la vida.
-vale -me dice mientras para el vehículo en medio de la autovía.
no sé que ha entendido, pero me dice que me baje. es de noche, hemos tardado más tiempo del previsto y el tipo quiere volverse a siria cuanto antes. saca mi mochila del maletero y la deja en el arcen. discutimos, pero me arrasa. pilla su trasto se larga a toda leche. yo me quedo con cara de gilipollas, con mis mochillas y sin saber muy bien qué hacer. al fondo se ven edificios, así que al menos estoy cerca de la ciudad. será cuestión de empezar a andar a ver adónde llegamos. mientas avanzo, trato de parar a un taxi, pero ni los locos de los árabes pararían en mitad de la autovía a recoger a un mochilero. dadas las circunstancias, debería estar preocupado, pero no lo estoy. cuestión de hormonas o qué se yo, pero el caso es que estoy de un excelente humor. con la noche se ha ido el calor, corre una fresca brisa y ni siquiera me pesan las mochilas. me pongo a extremoduro y por mi que ammán esté a 50 kilómetros, que me los como en un plisplás.
domingo, 9 de agosto de 2009
camino de jordania
Publicado por
Torrance
en
0:02
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
¡Te cagas!
Pues sí, totalmente de acuerdo con el Pepe.
Está bien que no te preocupes. Total, preocupado o no estás en el mismo sitio.
Ya contarás como llegaste al hostel, que lo veo chungo.
Un beso.
"Miente el carné de identidad
tu culo es mi localidad"
:)
JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJ
Con que fiandote de la buena ente......con que el tio era un currante.....po ezo te paza por fiarte de la buena ente....
jajajajajajjajajajaja
El taxista cuando vio la hora se cago, y eso que dicen que los moros mandan y ordenan sobre sus esposas....Y UN MOON....al final como en toa partes.
jajajajajjajaj
CUIDATE COLEGA
Publicar un comentario