día 13 de agosto del año 2009 de vuestro señor
si bien no he dormido, sí que he dado algunas cabezadas. lo sé porque cada vez que despertaba, el panorama alrededor era diferente. me tumbé sólo en un pasillo, entre las butacas, y con cada despertar me encuentro a más gente a mi alrededor. desde luego, no he descansado. me levanto, y tras ir esquivando de puntillas los cuerpos de docenas de personas que duermen el el suelo, llego al baño y me aseo. de ahí subo a la cubierta. está amaneciendo y el espectáculo es precioso. en el horizonte, el sol saliendo. al otro lado, italia cuan larga es. viajamos lo suficientemente cerca de la costa como para distinguier perfectamente el perfil de tierra.
ya no tengo el dolor de cabeza ni el frío (a estas horas ya hace calor), pero los músculos me siguen doliendo. la tripa me ha dado algún problema durante la noche, aunque nada serio. veremos como avanza la cosa. mientras tanto, me siento a contemplar el espectáculo mientras oigo música y la gente empieza a desperezarse.
un par de horas más y estamos en tierra. durante la mañana, hemos ampliado el grupo, y ahora somos un italiano, dos argentinos, una finlandesa, una sueca, una danesa y yo. siete personas con historias muy diferentes que han coincidido en el ferry, y que tomar el autobús del puerto a la estación de tren. nuestra intención (la de todos excepto la del italiano que se dirije a milán), es tomar el tren de las 13:44 a roma, sin embargo nos encontramos con la sorpresa de que está completo (ya es la segunda vez que me pasa, ocurrió en estambul). debemos conformarnos con el siguiente, que sale aa las 18.00h. eso, además de hacer que tengamos que pasar muchas más horas de las deseadas en bari, hace que lleguemos a roma muchoa más tarde, a las 23_00h. por suerte, tengo hostel reservado, y no parece difícil de encontrar. según explican en su web, sólo hay que ir a una parada de metro y ahí me recogerá un shuttle que me llevará directo al hostel.
tras unos momentos de cunfusión, el italiano se va (él no ha tenido problemas con su tren) y el grupo de seis se separa: las chicas se van por un lado y los argentinos y yo por otro.
-nos vemos en el tren.
-claro.
nosotros decidimos buscar un supermercado, desayunar unos sandwiches de jamón y queso y poner el cuartel general en el macdonald's. allí nos podemos refrescar, revisar nuestros correos. además de eso, kevin puede llamar a sus padres en argentina, enviar unos correos a sus amigos y buscar hostel en roma (no tienen nada reservado).
-gracias, siento que estoy abusando -me dice con timidez.
-no te preocupes. lo paga todo el señor macdonald's -le respondo.
aunque no le digo nada, me gusta poder ayudar a estos chicos. no es que les esté salvando la vida, ni nada parecido. seguro que se las arreglarían muy bien solos, y no me necesitan para nada, pero el hecho es que han podido hablar con sus familiares y les he ayudado a buscar alojamiento (su nivel de inglés les hace complicado hablar por teléfono con los hosteles, así que he llamado yo en su nombre). es poco, pero hace que sienta que estoy devolviendo algo de la ayuda que recibí yo en egipto. no recuerdo en qué película era en la que decían algo así como: "no me devuelvas un favor; pásalo.".
entre llamadas, visitas al supermercado y risas, pasan las horas y subimos al tren. allí nos encontramos con las chicas y ocupamos un compartimento de 6. el viaje es largo (en tren para cada 10 minutos) pero se hace agradable con la conversación y las bromas. federico es el alma de la fiesta, y nos hace reir a todos.
cuando faltan un par de horas para llegar, anna, elena y kristel llegan a su destino, un lugar cerca de nápoles, así que el resto del viaje lo hacemos los tres sólos. eso nos permite hablar español y profundizar un poco más en las conversaciones, compartiendo reflexiones y, como me suele pasar en estos casos, sentirme cómo contando cosas a desconocidos. a kevin que robaron la videocámara cuando la dejó cargando en un lugar donde cualquiera podría haberla cogido.
-no me molesta haber perdido la videocámara, pero sí lo videos que grabe para mis padres. ya que ellos no han tenido la posibilidad de viajar, me hubiera gustado que hubieran visto los sitios en los que yo he estado a través de mi propia visión -cuenta kevin.
-eres muy confiado -le reprocha con cariño federico.
-prefiero seguir confiando en la gente y que me sigan robando, a empezar a desconfiar.
es una manera de pensar que me gusta, y que yo mismo me aplico a veces, aunque esa filosofía es realmente complicada de mantenar con el paso de los años. los pibes sólo tienen veintitantos, y probablemente el paso de los años les hará inevitablemente recelosos. ojalá me equivoque.
lunes, 17 de agosto de 2009
italia
Publicado por
Torrance
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0:01
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3 comentarios:
Ya te queda menos Peter
Reirse esta muy bien también! le hace falta al cuerpo y mente unas buenas risas de vez en cuando, me alegra que te divirtieras
Menos mal que ya te quedaba poco para llegar. Se te ve cansao.
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