día 5 de agosto del año 2009 de vuestro señor
por suerte sólo necesito una hora para llegar al carril de salida de la autovía que lleva al centro, y en poco más estoy en una calle con semáforos. ya ha pasado lo peor (cruce de carriles de autovía incluídos), y estoy cerca, lo presiento. tanto que paso de seguir buscando taxis, ahora que son más asequibles. voy a llegar al hostel andando ¿que no?. trato de preguntar a un par jordanos, pero no hablan inglés. en el tercer intento, tengo suerte: doy con un buen tipo, que habla small english, pero que pone interés, suficiente en cualquier caso (y viceversa). se llama nadir, y además de indicarme el camino (y de escribírme en árabe las señas del hotel en un papelito que no tengo más que enseñar), me lleva a su negocio (una tienda de ordenadores) y me invita a sentarme y a un te. me habla de su mujer, inglesa con la que lleva casado tan sólo unos días. incluso me invita a cenar al día siguiente, si aún estoy en ammán (no puede presentarse esa misma noche sin avisar, claro). me da su correo, su teléfono y me pide que le visite. me da la bienvenida y me desea una bonita estancia en la ciudad. ciertamente un buen tipo, sí señor.
ya casi estoy, pero aun tengo que dar algunas vueltas para encontrar el hostel. bajo un nombre un tanto pretencioso, abbasi palace hotel, se esconde un hostel que no está mal, pero que no deja de ser un hostel, cuya entrada es una pequeña puerta de un callejón, difícil de encontrar, y tengo que preguntar a mucha gente hasta dar con él. mi instinto me hace descartar las indicaciones fake, porque cuando preguntas a tanta gente, se juntan consejos contradictorios. si tienes un reloj, sabes la hora que es. si tienes dos, ya no estás seguro. sea como sea, llego al hostel y me registro sin problemas.
-nombre, por favor.
-pedro.
al oirme, un tipo alto, pelo largo, piel morena que se encuentra en la recepción charlando con un chino, se dirije a mi.
-¿eres español?
-sí
-yo también.
es paco, un profesor que aprovecha las largas vacaciones de funcionario para conocer el mundo. viaja con su chica, laura, madrileños ambos, aventureros. yo estoy cansadísimo (mi cuerpo se relajó al encontrar el hostel) y en lo único que pienso es en sacarme de encima la mochila, la ropa y la piel, darme una ducha helada y ponerme a escrbir. sin embargo, la charla con paco, a la que se incorpora laura, se hace tan interesante que olvido de todo.
-lástima que no tengan unas cervezas.
-yo trato de probar una cerveza en cada país que visito.
-¡yo también! la china es horrible.
paco y laura han visitado medio mundo, aunque de todas las cosas que me cuentan de lugares interesantes, me quedo, sin duda, con áfrica. saber que han estado en el centro del continente africado, que han dormido en tiendas de campaña junto a un río lleno de hipopótamos, o que se han cepillado los dientes delante de un espejo donde un chimpancé jugaba con su reflejo me produce tal envidia que casi reviento. mientras me siguen contando cosas de áfrica, me van despertando las ganas de dedicar un viaje exclusivamente a continente negro.
hablamos de los planes de cada uno, y cuando les comento que me gustaría ir a jerusalem, me advierten de que cruzar la frontera con isreal es jodido, sobre todo viniendo de países árabes.
-te tienen horas interrogándote y tratando de encontrar contradicciones entre lo que dices. te revisan la mochila de arriba a abajo, te la deshacen completamente. pasas por un detector de metales tan sensible que te localiza hasta la última cosa que lleves. te hacen vaciar todos los bolsillos. es una putada, es pesadísimo y te hacen perder mucho tiempo.
-en algún lugar había leído algo sobre los interrogatorios del mosad, pero nadie me lo había confirmado en persona.
-y con esas barbas, tío, seguro que te investigan a fondo. yo me afeité.
-joder. lo cierto es que tengo pinta de árabe.
me alegra mucho haberme encontrado a paco y laura en la recepción. además de la agradable charla que se alargó horas, los consejos que me dieron, y el chute de buen rollo y ganas de dejarlo todo y largarme a vivir a malasia, el encuentro me sirve para darme cuenta a tiempo de una enorme cagada que iba a cometer. la cosa fue así:
charlábamos de mi viaje, de lo pesado de la mochila de la cantidad de cosas prescindibles que llevaba encima, que al final lo único que necesitaba eran una camiseta cada par de días y poco más.
-después de pasar por tantos sitios, no tengo ni un solo souvenir -le digo a laura.
-a mi me gusta coger trocitos de piedra de algunos sitios a los que voy. tengo una piedra de petra.
-¡sí! yo también llevo un trozo de la muralla que rodea a la ciudad prohibida, pero no es para mi, es para un colega. lo llevo en bolsillo, mira, echa un vistazo.
saco de mi bolsillo el papel donde llevo envuelto el trocito de pared y lo abro. en ese mismo paquete llevo una insignia nazi que compré en el mercadillo de antigüedades de sofía.
-¿qué es eso? -me pregunta paco.
-es una insignia que llevaban los soldados nazis en la segunda guerra mundial -le respondo.
se trata de de un águila posada sobre el signo de las esvástica.
-tío, tú estás loco. ¿con eso piensas entrar en israel? estás loco.
-¡coño! ¡no había caído!
-tío, como te pillen eso te van a crujir. vas a flipar.
-¡hostias! ¡hostias! ¡hostias! ¡hostias! ¡qué cagada tío!
-y con esas barbas, y viniendo de jordania y siria. tío, tú estás loco. esconde bien eso, que como te lo pillen vas a tener problemas.
-¡dios! ¡dios! menos mal que lo has comentado, porque no había caído. iba a meter la gamba hasta el fondo. joder.
-no te preocupes, al final uno cae en estas cosas. seguro que hubieras caído, aunque hubiera sido en la cola del detector de metales. seguro que tu cabeza te hubiera avisado y hubieras tirado el paquete en alguna papelera.
no quiero ni ponerme a pensar en lo que hubiera pasado si, al cruzar el detector, me hacen vaciarme los bolsillos, abren el paquete y ven la esvástica. no es que hubiera terminado en el fondo del río con unos zapatos de hormigón, pero un par de hostias y una noche en el calabozo me llevo fijo. sabe dios.
-gracias tío. no quiero ni pensar en la que hubiera formado en la frontera con la puta esvástica.
-bueno, y tu colega es que es facha o qué -me dice sonriendo para que me relaje un poco.
-¡no coño! no es eso. le gusta mucho la arqueología, la historia y tal. es coleccionista. tendrías que ver su casa, es como un museo. le prometí un trozo de la muralla china, pero como no puede ser, le estoy llevando otras cosas.
a las tantas nos despedimos. al día siguente tienen que madrugar para seguir con su viaje, y están cansados. quedamos para vernos en el desayuno, aunque finalmente no coincidiremos.
mientras estábamos charlando, la dueña del hostel vino y nos comentó que estaban en la azotea comiendo y fumando, que estábamos invitados, así que cuando paco y laura de van a la cama decido subir. mi mochila sigue tirada en el suelo de la recepción. la azotea está en obras, y de hecho está cerrada a los huéspedes. en una pequeña mesita de acumulan platos de comida áraba y la caja de una pizza. junto a la mesa, una cachimba, y rodeándola, varios sillones. tomo asiento y me presento al resto: la dueña, su novio y un tipo clavado a philip seymour hoffman. charlamos durante un rato, el suficiente para darme cuenta de que phiphip está representando su papel de truman capote: tiene exactamente el mismo humor cínico que el escritor americano. es increíble. me pregunto si lo hará aposta, como los colgados que imitan a michael jackson y le saldrá natural. me pregunto si sabrá hasta qué punto se parece.
-estoy hambriento -digo al resto.
-debiste haber subido antes, teníamos mucha comida -me responde la dueña sonriendo.
-ya, pero estaba tan excitado que no tenía hambre. la tengo ahora que estoy más relajado.
-si quieres puedo enseñarte un par de sitios donde comprar comida -se ofrece philip seymour hoffman.
-¿a estás horas? -pregunto comprobando en mi reloj que son casi las dos de la mañana.
-sí. a estas horas hay muchos sitios abiertos. durante el día hace demasiado calor, así que abren por las noches. además, están de ramadán, así que la gente come tarde. vamos, te acompaño, me apetece estirar las piernas.
damos un largo paseo por las calles casi desiertas de ammán. el tipo me enseña varios sitios donde comer, un baño turco, algunos lugares de interés turísticos, un par de supermercados, la comisaría de policía, la oficina de correos y todo lo que puedo necesitar para estar por allí.
-los dvd de las tiendas son todos falsos. no pagues más de un dinar -me aconseja.
acabamos en un restaurante que está lleno de gente. huele muy bien a comida, y cada vez tengo más hambre.
-prefieres comer aquí y te pido para llevar.
-¿tú cenas conmigo?
-no, yo ya he cenado.
-vale, entonces para llevar mejor. eso sí, no tengo ni idea. pide tú por mi.
-no sé, ¿qué te gusta?
-da igual, tú pide cosas típicas.
-¿realmente tienes mucha hambre?
-sí señor.
philip seymour hoffman pide comida para cuatro (de hecho, estaré los siguientes días comiendo de lo que compré ahí, y aún tuve que tirar algunas cosas). dos enormes tortas de pan del tamaño de una sombrilla de playa, tres tipos de cremas diferentes (sólo conozco el hummus) y unas bolas de carne de vacuno, rebozadas, fritas y recubiertas con semillas de sésamo. la pinta es excelente, y estoy deseando llegar al hostel para ponerme a cenar.
de regreso damos otro rodeo en el que me muestra más sitios de interés, y finalmente llegamos a la azotea. la dueña y el novio siguen allí, tirados sobre los sillones, colocados. yo paso de todo y me como a devorar la comida. está todo realmente exquisito, así que me pongo ciego de comer.
-hidratos de carbono de madrugada, ¡a mí!
cuando ya no puedo más, aún tengo los tres botes de crema casi intactos y estoy solo en la azotea. el cielo está lleno de estrellas, hay luna llena y de fondo se oyen cánticos de ramadán, una especie de saetas árabes que pueden escucharse cada tanto. estoy en ammán. la cachimba sigue teniendo brasas.
lunes, 10 de agosto de 2009
llegada a ammán
Publicado por
Torrance
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0:01
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5 comentarios:
TE LO DIJE, AFEITATE. Menos mal que te diste cuenta de la esvástica porque con esas pintas y con ese objeto te hubieran "abierto el firstro duodenar".
Aprovecha que estás en zona árabe y cambia las chanclas que están muy desgastadas.
Las chanclas irán luego para el museo personal del Perico....
Que las meta en una vitrina, y ponga el cartel (Estas chanclas dieron la vuelta al mundo).
¿Te las vendo en mi web?
Podemos sacar un buen pico.
HOSTIA, MENOS MAL QUE TE ENCONTRASTE A ESOS DOS.
Si no te veo en la lista de Shillner.......
MUCHAS GRACIAS POR LOS RECUERDOS.....ya le buscaremos un sitio especial en mi casa-museo je je......
CUIDATE AMIGO Y NO SE TE OCURRA PERDER LO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. je je je
Pues a mí me recuerdas más a un indio de la India... el típico majará :-P (qué chiste más malo)
Manda la esvástica de los ... por correo, porque no creo que a los israelís se les pueda esconder algo así sin que se den cuenta.
O te saltas Israel...
Un beso.
Ah, por cierto, al tío de ayer, es decir, el taxista currante, le pasas el tabaco de contrabando y luego te deja tirao. Buena gente.
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