domingo, 2 de agosto de 2009

tren con destino kiev

día 28 de julio del año 2009 de vuestro señor

-espera un segundo, por favor.

estoy dentro del ascensor, a punto de bajar, cuando oigo esta frase en perfecto castellano. es juan, un catalán que carga con una enorme maleta. se dirije al aeropuerto, así que hacemos juntos el trayecto hasta la parada de metro. charlamos de viajes, de sitios que no podemos dejar de visitar y de lo bordes que son los rusos.

-no creas que es xenofobia, son bordes también entre ellos. de hecho, casi diría que son más bordes entre ellos que con los extrajeros.

parece un buen tipo, y es agradable charlar con él porque deja una pausa cuando terminas de hablar, como esperando por si quieres añadir algo antes de que le toque a él responder. cuando llegamos a la parada, nos despedimos. me pide la dirección del blog y la anota en su memoria. conozco bien la parada a la que tengo que ir, conozco bien el sentido que tengo que tomar y el número de paradas hasta la estación. lo tengo todo controlado, porque tengo tiempo de sobra. por una vez voy relajado y me permito el lujo de silbar. llego a la sala de espera de la estación con casi una hora de adelanto.

echo un vistazo al panel de salidas y mi tren no aparece. bueno, aún falta casi una hora, es posible que aún no esté. decido esperar un poco, pero para asegurarme enseño mi billete al guarda de seguridad de la sala de espera. asiente con la cabeza. tras unos minutos en los que no acabo de estar convencido, me fijo en que el panel aparecen trenes que salen más tarde que el mío, y del mío, el 21, nunca se supo. se me ponen las orejas tiesas, y creo que paso del segurata. voy a salir a mirar los paneles de fuera, quizá encuentre algo. tengo la tentación de dejar las mochilas allí, junto al guarda, pero no lo hago: algo me dice que no voy a volver a esa sala de espera.

la calle está llena de yonkis. ya ha anochecido, y aunque hay bastante movimiento de gentes con maletas y mochilas, la mayoría son yonkis y borrachos. miro en los tres paneles exteriores, pero todos ellos son reproducciones del mismo, que no es otro que el de la sala de espera. creo que tengo un problema, y empiezo a ponerme nervioso. no hace calor, pero comienzo a sudar mientras me dirijo a la ventanilla donde me vendieron el billete (ni se me ocurre ir a la ventanilla de información, regentada por una vieja que mira al infinito). en todas las ventanillas hay cola. no es gran cosa, pero al ritmo al que trabajan los rusos, una cola de tres personas puede traducirse en una semana de espera. tengo que cambiar de plan, pero no tengo nada claro. sé que tengo un problema, pero no acabo de formularlo, y hasta que no lo haga no puedo empezar a buscar una solución.

paro a algunos rusos al azar, preguntándoles si hablan inglés, pero no tengo suerte. no quiero que los yonkis noten que estoy más perdido que mis buenos tiempos, así que me muevo contuamente de sitio. las mochilas pesan, y el tiempo pasa rápidamente. cambio de táctica, y en vez de buscar rusos, busco lo contrario, gente con pinta de extranjero.

-hola, ¿hablas inglés?
-un poco.
-a ver si puedes ayudarme. tengo que tomar este tren.
-sí, mira, es fácil. ¿ves este número de aquí? el 21 es tu número de tren. tienes que buscarlo en el panel. cuando aparezca, te dirá el andén donde tienes que tomarlo.
-sí, pero el problema es que no aparece, y falta media hora para que salga; ya debería haber aparecido.
-vaya, es raro... ¿estás seguro de que sale de esta estación?
-hace una hora estaba segurísimo. hasta dos personas diferentes me han dicho que sí, pero si no está en el panel, no creo que salga de aquí. por cierto, ¿de donde eres?
-soy español.
-joder, yo soy de málaga. mejor hablamos en español si te parece.
-genial. yo soy de barcelona. pues lo que te decía. en moscú hay muchas estaciones de tren, así que me parece que esta no es la tuya. espera, mira.

abre la guía lonely planet del transiberiano. hay un pequeño plano donde aparece la estación de tren en la que estamos. junto a ella, cruzando la calle, hay dos más.

-mira, ahí enfrente hay otras dos, quizá alguna de ellas sea la tuya.
-no me queda más remedio que intentarlo. apenas me queda tiempo para hacer otra cosa. gracias tío -le digo mientras echo a correr.
-de nada. buena suerte -me responde.
-¿cómo te llamas? -le grito desde lejos.
-francesc.
-yo soy pedro. ¡encantado y gracias!

moscú es una ciudad en la que, si algo está cruzando la calle, está lejos. las avenidas son muy anchas, y no hay pasos de peatones. tienes que buscarte un subterráneo o un semáforo, y murphy dice que si necesitas alguna de esas cosas, tendrás que ir a buscarla a tomar por culo. intento cruzar a lo frogger, pero no voy muy lejos antes de que me piten y tenga que volverme a mi orilla. el tiempo sigue pasando. ni siquiera sé dónde tengo que ir, ya veré después de cruzar.

-este plan hace aguas que te cagas -pienso-. voy a volver a preguntar a alguien.

echo un vistazo, y me decido por un padre con su hijo adolescente. imagino que en el instituto estudiarán inglés.

-hi. english?
-yes, small.

le enseño el billete.

-which station?

el muchacho mira el billete con atención. creo que tiene que ser difícil de interpretar incluso para alguien que domine el ruso. termina de leerlo y me mira con cara de espanto. trata de hablarme, pero no encuentra las palabras. es como si tuviera los labios cosidos con hilo invisible.

-this estation? -le digo tratando de ayudarle.
-no, no, no -niega niega y niega.
-those stations? -le pregunto señalando al otro lado de la calle.
-no stations -me responde con cara de miedo.
-yes, stations. my station is one of those.
-no.

mira al padre con impotencia. este le pregunta y puede desahogarse hablando en ruso. es como si guardar un secreto y no puedo soportar más tiempo sin revelarlo o reventará. se muerde el labio. yo insisto en las estaciones del otro lado de la calle, o lo que coño quiera que sean aquellos edificios con relojes. quiero que me dija que tengo que ir allí de una vez. joder, le he preguntado para que me dijera que sólo tenía que cruzar la calle.

-those buildings are stations?
-yes, but not your station.

parece que se ha arrancado, y de que manera. me acaba de joder vivo. vuelve a hablar con su padre. no entiendo ni una palabra. bueno sí, entiendo una: "taxi". joder, me quedan 25 minutos exactos y la única palabra que entiendo es "taxi".

-taxi? -repito para que sepan que sigo allí
-yes, taxi to station. no time.

vale, creo que lo capto. no tengo tiempo que perder, así que les doy las spasivas y me giro a la enorme avenida llena de carriles y de coches. por supuesto, ni un taxi. ni siquiera sé cómo son, y en mi primer intento trato de parar un coche de la policía. menos mal que ha pasado de largo, aunque bien pensado tampoco sería una mala solución. pasan los minutos y creo que veo a uno. levanto la mano, y al instante 3 coches 3 se paran y me gritan por la ventana. sólo uno de ellos es un taxi, o al menos tiene aspecto de serlo; los otros dos son piratas. me voy directo al taxi, le pido que abra la ventanilla y se enseño el billete, le señalo la parte donde dice la hora en la que sale el tren, y le señalo el reloj del salpicadero. lo pillaa al instante, y se pone tieso en el asiento. oigo como su cerebro trabaja a toda máquina mientras mueve el dedo índice de su mano: está calculando la ruta. tras unos instantes de duda, en los que mira el reloj y el billete, se pronuncia:

-no da tiempo. a esta hora hay demasiado tráfico -me dice con señas-. metro -concluye en perfecto ruso.

un tipo honrado, no cabe duda. le doy las gracias con pena y salgo pintando. mientras calculaba la ruta, yo utilizaba alfileres para sujetar un plan B (¿hubo un plan A?). me dirijo a las taquillas para tratar de cambiar mi billete por uno que sale 40 minutos más tarde. no es mucho, pero menos da una piedra. corro por calles oscuras, mojadas y con olor a meados. los yonkis ya pasan de mi, tengo una pinta debe dar miedo. sudo como un cerdo y tengo la frente y la barba empapadas. el claqueteo de las chanclas al correr hace que levanten la cabeza y me miren como diciendo: "gentuza".

llego a las taquillas y las colas de tres personas siguen allí. juraría que son las misma. me pongo en la primera que pillo y decido resignarme. el corazón me late a 200, y parar de correr ha hecho que aún sude más. las mochilas empiezan a pasarme factura. correr con esos muertos encima es realmente agotador e incómodo. las sienes van a estallar de un momento a otro y lo van a llenar todo de sangre y sudor. me he situado detras de una chica que se ha reído cuando me he quejado entre dientes. por algún motivo, aunque no me entiendan hablo en inglés. es decir, para decirle a alguien que lo siento, pero que no tengo ni idea de ruso, lo hago en inglés en vez de español. es algo que no había pensado hasta ese momento. el caso es que cuando me he quejado de mi suerte, he dicho "shit" en voz alta. eso le ha hecho gracia a la rubia.

-english?
-yes.

hay dicho "yes", nada de "a little", "small", "so so" o mierdas por el estilo. ha dicho "yes". le hago un resumen de mi situación, incluyendo la hora, el billete y todo lo demás. vuelve a reir, pero lo hace de una manera que no me molesta, como correspondería. está bien que ría, yo también lo hago para acompañarla.

-tu única oportunidad es tomar el metro y rezar. mira, esta es la parada de tu estación. ahora estamos aquí.

ha sacado un plano del metro de su bolsillo. la parada de mi estación está en la línea circular, aquella en la que me he estado paseando toda la tarde. concretamente, está a seis paradas de donde estoy ahora. no tengo que hacer trasbordo. ella ha dicho que tengo una oportunidad, y lo ha dicho con una graciosísima risa. debo de tenerla. vuelvo a la carrera.

-spasiva! SPASIVA! SPASIVA VERY MUCH!

más risas. juraría que la parada del metro estaba por aquí... joder, estaba aquí hace unos instantes. ¡dónde coño se ha metido! corro como un pollo sin cabeza. un pollo cargado con veinte kilos y al borde del agotamiento físico. al fin doy con las puertas del metro, pero desafortunadamente son las de salida.

-al carajo. para tecnicismos estoy yo ahora -me digo.

salto unas tímidas vallas, abro las puertas y sigo corriendo. al fondo, los tornos de salida, que pienso capear sin ningún pudor. un grupo de cinco policías me baja los humos. me acerco a ellos a la carrera, y ya de lejos uno me está diciendo algo.

-¿dónde coño vas chaval? date la vuelta anda, que por aquí no se puede entrar.

no le hago ni caso, y sigo corriendo hacia ellos agitando el billete de tren. cuando llego a la altura del grupo, me dirijo a uno de ello, pasando de los gritos del borde. le enseño el billete y el reloj y pongo cara de perro perdido (y sudoroso). con un gesto magnánimo me abre el torno y me guiña. el otro capullo sigue gritando.

-que te den por culo gilipollas. aprende de tu colega. spasiva.

quedan 15 minutos para que salga el tren. mientras bajo la escalera mecánica (tengo que esperar porque en moscú no se lleva lo de ponerse a la derecha para dejar pasar a los desesperados que pierden trenes) hago un sencillo cálculo. 6 paradas son cinco trayectos. a 2 minutos el trayecto son 10 minutos. otros 2 minutos por el tiempo que estemos detenidos. eso me da 3 minutos para salir de la parada, encontrar la estación, buscar el panel, encontrar mi tren, dirigirme al andén y subirme. con dos cojones. todo controlado.

llego al andén del metro justo al mismo tiempo que el tren y me subo de un salto. ¡arrancamos!

-un momento... ¿he cogido el tren en el sentido adecuado? es la línea circular, lo que quiere decir que los dos sentidos llegan a la estación. la diferencia es el tiempo. si no he tomado el sentido adecuado, bye bye lenin. la solución, en la próxima parada. pasa un minuto de 6000 segundos mientras espero, algo resignado, y veo como mi sudor encharca el suelo del tren. aquí está la parada, y la respuesta es.... ¡correcta! seguimos en juego. ahora, a esperar y tratar de calmarse.

las paradas se van sucediendo, cumpliendo de forma increíble con los tiempos que calculé en la escalera (mi tarde de paseos por el metro me ha convertido en todo un experto). la siguiente es la mía, así que me levanto y me pongo en la puerta. si a alguien se le ocurre ponerse por medio, va a salir rebotado. parezco un miura esperando que le abran la puerta de chiqueros dispuesto a llevarse por delante al torero que ose provocarle. se abren las puertas y echo a correr. mi cuerpo es, en ese momento, autónomo de mi cerebro. mienras uno se dedica a correr (usando las últimas gotas de gasolina que quedan en el depósito), el otro se dedica a mirar carteles y tratar de decidir por qué puerta hay que salir. a igualdad de condiciones (por pura ignorancia) elijo la primera opción que tengo. una especie de recorrido en profundidad desesperado. ya estoy en las escaleras de subida, y aquí no me puedo permitir esperar. grito como una cerdo al que están abriendo en canal, y la gente se va apartando mientras me clavan sus miradas rusas. delante de mi puedo ver a dos tipos, mochileros, que también andan con algo de prisa al parece. creo que voy bie
-¡ey! ¿vais a la estación de tren? -les pregunto sin dejar de correr.
-sí, aunque vamos un poco tarde -me responden sin dejar de correr.

gracias a dios.

-¿os parece si vamos juntos?
-claro
-¿sabéis dónde está? -pregunto mientras sigo corriendo a punto de cogerles.
-ni puta idea.

ni siquiera tengo tiempo para cagarme en mi suerte. sigo subiendo las escaleras, aunque ya no puedo más. levantar el pie lo suficiente como para alcanzar el siguiente escalón es cada vez más dificil. la mochila pesa demasiado, y subir escaleras mecánicas siempre me ha cansado más de normal, nunca entendí porqué.

-creo que voy a abandonar, no puedo más. el corazón me va a estallar -me digo a mi mismo.
-¿estás de coña? -me respondo.
-venga, un poco más.

salgo de la estación justo cuando queda un minuto para la salida del tren. pregunto a la primera persona que veo, un calvo con un traje impecable. incluso en medio de la situación pienso que no me importaría vestir de traje si me sentara igual de bien que a él. le queda clavado al cabrón.

-train station -le espeto interrumpiendo la conversación que mantenía con una chica.
-hum... déjame pensar. ah sí, verás.
-no time -vuelvo a interrumpirle enseñándole mi reloj mientras le doy golpecitos con el dedo índice de mi mano izquierda.

lo pilla al vuelo. un tipo que gasta un traje como ese tiene que pillarlas al vuelo, y así ha sido.

-acompáñame -me dice echando a corrar.
-¡no jodas tío, cómo vas a sudar esa camisa!

parece silvio martinello lanzando al sprint a mario cipollini, un cipollini con dos mochilas que le están matando. la estación está a sólo 20 metros (lo cual me tranquiliza porque de esa forma el calvo no tendrá que llevar el traje al tinte) y por suerte en la misma acera. si hubiese tenido que cruzar la calle, una de dos: o me rindo o muero atropellado por algún ruso borde.

-spasiva! y por cierto, ¡bonito traje!

miro el panel y veo mi número de tren. está el primero, por supuesto. sigue faltando un minuto para que salga; mi reloj adelanta un minuto. andén 4. sin dejar de correr, sin aliento, veo la flecha que me lleva a los andenes del 1 al 6. allá voy. andén 1, 2, 3... ahí está. más escaleras que me hacen tropezar y casi caer, pero no pienso caerme ahora, no señor. ahí está el tren. lo tengo, lo tengo, lo tengo. subo de un salto, ya estoy dentro. trato de recuperar algo del aire que necesito para no desmayarme mientras oigo a un tipo que me grita. viene hacia aquí.

-no puedes subirte -parece decirme.
-chaval, tengo mi billete. ahí lo llevas.
-gilipollas, este no es el tren. este es el arcen 5. el 4 está ahí enfrente. enterao.

la sensación de ridículo y el vuelco del corazón sirven para que mi cuerpo vuelva a ponerse en marcha sin necesidad de oxígeno. creo que me he convertido en un mutante o algo así. diría que mi corazón y mis pulmones han dejado de funcionar, ya no les necesito. bajo del tren y corro hacia el otro. agito mi billete y trato de gritar, aunque de mi boca no sale ningún sonido. en la puerta del primer vagón que me encuentro, el de cola, una tipa me mira con mala cara. son exactamente las 22_50h, y aunque no es mi vagón, subo. ya cambiaré luego.



unos segundos después, noto el tirón. el tren se ha puesto en marcha. calculo que me han sobrado 10 segundos, y pienso que quizás los podría haber empleado en hacerme una última foto con la chica de la risa graciosa. mentalmente, doy las gracias a francesc, al niño que vomitaba small english, al taxista honrado, a la rubia de la cola de la taquilla, al poli del bigote y al calvo de armani. también me cago en la puta madre que parió al segurata de la sala de espera. la euforia es lo único que hace que no me desmaye.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Como diría Hiro Nakamura, de la serie Heroes... YA TAAAAAAAA!!! Que viene a significar en japonés, LO LOGRÉ!! Yo creo que es lo que hubiera chillado jejeje
Congratulations! ^_^

Mme de Bachiller dijo...

Sabes que hay un tren directo de Moscú a Sofía?

Raul dijo...

Vaya con la chupacamaras del video.


Animo Pedro y ten cuidado.

Silvia dijo...

"Sudando русский geese пример" o lo que es lo mismo,sudando como un pollo ruso he terminado después de leerte Pedro.Me he quedao muerta.Por lo menos hemos tenido la recompensa de un Успешный epilogue(final feliz...estoy que me salgo eh?)

La chupacamaras del video dará que hablar seguro.Pronto nos enteraremos.

И причины ..

Bachiller dijo...

A poco más y te conviertes en un fugitivo, ¡menos mal del poli del bigote!

Julia dijo...

Buaff.

Sergio dijo...

uuuuuuhiiiiiiiiiiii


CUIDATE PA LO QUE QUEDA

Thark, the Benighted Being dijo...

AHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHAAHAHAHAHAHA


admito q no puedo leer tu blog...

admito que casi no tengo tiempo ni de ver las fotos....

admito que no sé de qué cojones estás hablando en el video...

pero, illo.....que grande, coño!!! AHAHAHAHAHHAHAHAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHHHAHHAH

Esta tarde voy a hacer un experimento, voy a buscar a un cinéfilo mendigo y yonki que ande en las inmediaciones del vialia con pinta de haberse fumao media colmobia...le voy a pagar un billete de tren a fuengirola y le voy a decir "toma esta cámara, súbete a ese tren y graba un comunicado sobre lo que has hecho que parezca un final alternativo para REC!!!!" te juro que consigo algo igual que tu video!!!!

x DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Anónimo dijo...

Que maravilla, con solo dos palabras ha conseguido que me imagine ferpectamente al calvo entrajetao. Que pechá reir me he tenio que pegá con que le queda clavao al cabrón.
Escena digna de Homer Simpson o Peter Grffin.
En cuanto salga del firewall donde estoy, veré el video, que promete.

Dr. Fred

fER dijo...

como diría Juan Carlos Arrabal: Es-pec-ta-cu-lar

lamento no haber leído antes tu blog, y mira que empezar por tu asalto al tren...

suerte y ten cuidaito...

talue
fER

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